Mar del Plata, 24 de marzo de 2021
En el marco de la campaña "Plantar Memoria" el Honorable Concejo Deliberante se sumó a la misma acercándose al Bosque de la Memoria, ubicado en Parque Camet, donde se procedió a la plantación de un árbol.
Hemos recorrido 45 años desde el 24 de marzo de 1976. Hemos recorrido un camino de dolor.
Mientras la muerte arrasaba como un huracán, mientras el silencio cómplice tiraba paladas de tierra en las fosas comunes, mientras el miedo era el único aire que se podía respirar, un grupo de mujeres dijo no. Se plantaron frente al horror, firmes y fuertes, dispuestas a luchar. Aunque no creyeron que deberían luchar toda la vida, así lo hicieron. Alzaron sus voces y sus puños a un cielo negro. Y gritaron por la vida, con la voz de todos los que ahora se llamaban huérfanos, porque así se les dice a los que han perdido a sus padres; con la voz de todos a los que ahora se los llamaba viudos o viudas, porque se habían llevado a sus compañeros de vida.
Gritaron con esa voz, que era y es la voz de los secuestrados, torturados, de las violadas, vejadas, de los bebés robados, de las madres asesinadas después de parirlos en cautiverio. Gritaron con la voz de sus propios hijos e hijas desaparecidos. Nadie sabe cómo llamar a quienes les asesinan a sus hijos, porque antes perder un hijo o hija no tenía nombre. Entonces, como seguían gritando, las llamaron locas.
Eran Madres, también Abuelas, muchas de ellas. Nada ni nadie las iba a hacer abandonar nunca la lucha. En plena dictadura cívico militar, fueron ellas las primeras voces que ante el silencio de muchos, denunciaron al mundo los horrores cometidos por la dictadura. Fueron ellas quienes plantaron Memoria con sus propias manos, que también acarician, que atan pañuelos, que encuentran nietos y nietas. Y esa siembra ha echado raíces que nos atraviesan, porque son nuestra historia.
Hemos recorrido 45 años desde el 24 de marzo de 1976. Hemos recorrido un camino de dolor. Aprendimos a buscar Justicia, no como venganza, sino como reparación histórica. Aprendimos que esa Justicia, al igual que la Verdad y la Memoria, no eran consignas, qué simpleza, eran perspectivas desde donde construir la Democracia, y desde donde alimentarla, sostenerla, protegerla.
Y es la Memoria, justamente, un ejercicio sustancial que cuando deja de practicarse sobrevienen sobre los días los ecos del horror. Y en esa necesidad permanente de ejercitar la Memoria, avanzamos. Crecemos. Mejoramos.
Este Cuerpo ha ejercitado la memoria a través de diversas acciones llevadas a cabo a lo largo de los años. La Ordenanza 11332 que impone el nombre de “Bosque de la Memoria” a un área del Parque Camet en homenaje a los detenidos desaparecidos marplatenses, el D 923 del Cuerpo sobre la Convocatoria a Sesión Especial todos los 24 de marzo, la Ordenanza 10461 estableciendo Jornadas recordatorias y de reflexión en los establecimientos educativos municipales sobre lo acontecido el 24 de marzo de 1976, entre otras; todas acciones donde no olvidar ha sido la consigna y el norte a seguir como principio de una nueva Argentina.
Y como ejercicio activo, hemos también, PLANTADO MEMORIA, en el Bosque de la Memoria.
En este Honorable Cuerpo hemos sabido reconocer la imperiosa urgencia de trabajar las temáticas que han atravesado nuestra sociedad en los tiempos recientes. Hemos logrado construir nuevas herramientas que nos permitan recoger el guante de la historia y generar espacios que den cuenta de los nuevos tiempos. Hemos coincidido en replicar a nivel local derechos conquistados a nivel nacional y provincial. Y es a través de esas coincidencias que dan cuenta de la responsabilidad y sensibilidad de las y los actores de estas horas, por donde debemos pensar esta nueva conmemoración de un día aciago.
Y esas coincidencias que se han gestado en el Concejo Deliberante no son casuales, son el resultado del trabajo, la voluntad y la férrea convicción de estar recorriendo el camino adecuado. Porque practicando ese ejercicio necesario de la Memoria, también podemos reconocer ahora circunstancias que otras mentes, formadas en otros tiempos, no pudieron señalar oportunamente. Son los abusos, vejaciones, violaciones y torturas a mujeres durante la dictadura otra categoría de ese mismo horror. Categoría que ahora señalamos con claridad, que vemos sin velos. Porque hemos avanzado, porque hemos aprendido, porque hemos pasado cada una de nuestras ideas y experiencias por el tamiz de la Memoria Viva, que nos sigue diciendo cosas. Porque también hay que sanar esas heridas abiertas.
De ese infierno nos quedó este fuego. Tenemos esta llama, protegida: la Memoria, es la bandera que alzamos siempre con la fuerza que sólo da la verdad. Porque esas banderas, las justas, no han desaparecido, ni desaparecerán jamás.