El Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon realizó hoy, viernes 22 de Marzo, un acto en reconocimiento al Dr. José Antonio Navia, declarándolo “Visitante Notable” por “su trabajo y aporte a la medicina en general y a la cirugía cardiovascular en particular, en ocasión de visitar la ciudad de Mar del Plata”.
Presidido por el Presidente del Cuerpo Deliberativo, Ariel Ciano, el acto contó con las presencias de los concejales Mario Lucchesi (autor de la iniciativa), Marcela Amenábar, Gabriela Pasquinelli, Gerardo Cirese, Leandro Laserna, Carlos Aiello, Javier Woollands y Fernando Gauna (AM), Carlos Arroyo (AA) y Mario Rodríguez (UCR).
En primer término fue proyectado el video institucional “Historias de Abuelas. La identidad no se impone”, realizado por personal del Teatro Auditorium-Centro Provincial de las Artes, tras lo cual Ciano dio la bienvenida a los presentes: “Bienvenidos a este recinto que, como decimos en cada oportunidad, es de todos los vecinos de General Pueyrredon. En este caso para distinguir y homenajear al Dr. Navia. Ya de por sí la convocatoria, la gran cantidad de familiares y amigos presentes refrenda que esta iniciativa del concejal Lucchesi fue acertada. No es común que cuando se otorga una distinción de este tipo el recinto esté con tantos amigos y vecinos. Esto habla de la persona que se distingue, indudablemente, y lo que ha logrado construir en su vida. Y si bien los méritos que refleja esta distinción están principalmente enlazados con la medicina, creo que trasciende su ejercicio y hablamos del hombre. A mí me sugirió otro médico la posibilidad de entregar esta distinción: el Dr. Enrique Derroni, una distinción para un hermano del corazón”.
Ciano añadió: “Y tampoco es común que acerque una persona y le diga: `Yo soy un compañero de colimba tuyo; tengo el mejor de los recuerdos de vos´. Nos exime a nosotros de mayores comentarios. O que aquí esté un ciudadano ejemplar de Mar del Plata, como Quique Cabrales habla también de la historia de nuestra ciudad, de aquellas personas que con su trabajo y esfuerzo, defienden y quieren a Mar del Plata. Y son ejemplo para muchos de nosotros. Me parece que en este lugar, donde tratamos de llegar a consensos, donde también se manifiestan los disensos, que hayamos logrado la unanimidad de todas las fuerzas políticas de la ciudad, que representan a todos los vecinos de General Pueyrredon, habla muy bien de él, y eso es hablar bien de su familia y amigos. Nada se hace solo en la vida, todo es una construcción colectiva. Aquellos que logran cosas importantes lo hacen emulando a sus maestros y siendo ejemplos de sus discípulos. Esto es una caricia y una invitación a seguir trabajando por los demás, un mimo de todos para un vecino de Mar del Plata que si bien no nació aquí se formó desde muy chico y por eso le pertenece”.
Acto seguido, el Dr. Navia recibió una distinción del Rotary Club Mar del Plata Oeste, a través de su presidente, Esteban Escribano. “Sabemos de la solvencia tanto en la materia específica, que es la medicina, como en la humana que tiene el Dr. Navia. Este modesto homenaje es un recuerdo de nuestro club, que valora y aprecia lo que ha hecho usted por la medicina”, señaló Escribano.
Luego, el concejal Mario Lucchesi (AM), autor de la iniciativa, también se refirió en términos elogiosos hacia la figura del Dr. Navia, destacando sus principales logros académicos. “Estamos tremendamente orgullosos de entregar esta distinción, que fue votada por unanimidad de todo el Cuerpo Deliberativo. Nos honra con su presencia y este reconocimiento es un acto de estricta justicia. No es un bien material pero representa la voluntad del pueblo de Mar del Plata a través de su Concejo Deliberante”.
Tras haber recibido la copia de la distinción “Visitante Notable”, el propio homenajeado hizo uso de la palabra para manifestar su gratitud y señalar: “Estoy muy emocionado. No es fácil, es un momento de la vida en el cual agradezco esta manifestación de marplatenses. Uno recibe premios y siempre tiene la sensación de no merecerlos. Hoy veo tantas caras, no sólo colegas, sino también familiares y amigos del nacimiento de las raíces de todo ser humano, como el paso por las escuela Nº 6 y el colegio nacional Mariano Moreno, con compañeros que pueden pasar años pero volvemos a vernos y es como si hubiéramos estado juntos ayer. Con esos docentes y señores profesores con una jerarquía que nadie podía poner en juicio o disminuir. Eso es lo que debemos recuperar: la transmisión de valores. Y eso lo tienen que hacer los jóvenes para hacer un país grande”.
El Dr. Navia evocó: “Y recordar una Mar del Plata bien distinta a la actual. Hay tantos recuerdos, que más van floreciendo a medida que pasan los años. Realmente es una caricia para el alma y uno la guarda profundamente. Uno podrá recibir muchos títulos médicos, pero cuando llegan los reconocimientos de la gente que ha conocido bañados de afecto, son los más imborrables”.
Y, finalmente, añadió: “Para los jóvenes: el trabajo diario y continuo es el que da frutos; el ascenso rápido puede provocar una caída dolorosa. Esta ciudad es muy importante para mí porque me ha dado mi familia”.
Fundamentos
La familia Navia se instaló en Mar del Plata cuando José Antonio contaba con escasos cuatro años de edad, realiza sus estudios en escuelas públicas y egresa del Colegio Nacional.
En la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata descubrió en la cirugía un mundo más dinámico y acorde a sus inquietudes con maestros como Mainetti, Castellanos y el Profesor Christmann. En el Servicio de éste último conoció al Profesor Emérito de Cirugía doctor David Grinfeld, con quien hizo sus primeros pasos y comenzó a perfilarse en el ámbito de la Cirugía Cardiovascular.
Recibió su diploma de Doctor en Medicina en 1964. Luego, volvió a la ciudad y recordó en sus primeros años como médico a quien consideró su maestro y padre en el afecto, Dr. Hipólito Echeverría con quien tuvo un periodo de aprendizaje, especialmente en el viejo Sanatorio Marítimo de Tuberculosos, en Cerenil y en la actividad privada.
Más tarde concurrió al Servicio de Cardiología del Hospital Argerich a interiorizarse del tratamiento de las arritmias cardíacas de emergencia para aplicar en la primera sala de Terapia Intensiva de la Clínica 25 de Mayo de Mar del Plata, en el año 1966.
En el año 1967 tuvo la suerte de conocer al Dr. René Favaloro en uno de sus viajes al país quedando fuertemente impresionado por sus exposiciones sobre Cirugía Coronaria. Con su ayuda, comenzó su residencia en la Cleveland Clinic Foundation de EE. UU.
Esos años coincidieron con la explosión de la Cirugía Coronaria y La Cleveland Clinic era el centro de atracción en el mundo. Allí, se fue formando como Cirujano Cardiovascular viendo el trabajo de su maestro René Favaloro en EE. UU y después, con su llegada al país, en la lucha de verdadero pionero en la nueva especialidad.
El Dr. José Antonio Navia volvió a la Argentina tiempo después que Favaloro, formando parte de su equipo por varios años.
Sus conocimientos y capacidad quirúrgica lo llevaron por concurso a ser Jefe de Servicio Cardiovascular del Hospital Italiano de Buenos Aires, donde se desempeñó por un largo periodo de tiempo.
Allí pudo desarrollar la mayoría de las nuevas técnicas que llegaban en forma vertiginosa: Trasplante Cardíaco, Cardiopulmonar, Asistencia Circulatoria Mecánica, Banco de Homoinjertos, Válvulas y Cirugía Mini Invasiva, entre otras.
En la década del `80 fue nombrado por sus pares, Presidente de la Asociación Argentina de Cardiología, siendo el primer cirujano cardiovascular en presidir la institución.
En 1995 un grupo de colegas lo interesaron en lo que en ese momento era un proyecto: la creación del Hospital Universitario de la Universidad Austral. El sueño se cumplió y, ya retirado del Hospital Italiano, asumió como Jefe del Servicio de Cirugía.
En el año 2009 ganó el premio Maestro de la Medicina Argentina, que se otorga por la labor meritoria de toda una vida, que entrega la La Prensa Médica Argentina.
A fines del año 2011 se retiró de la actividad quirúrgica orientándose a la actividad experimental de su especialidad que desarrolla en Estados Unidos.
El 19 de abril de 2012 asumió como Presidente de la Academia Nacional de Medicina y desde el 6 de agosto del año 2002 fue nombrado Académico de Número, ocupa el sitial 23 que lleva el nombre de “Ricardo Finocchietto”, que quedara vacante por la designación del Académico Julio V. Uriburu como Presidente de Honor de la Academia.
Actualmente, en su carácter de Cirujano Cardiovascular, reemplaza la función que cumplía en la Academia su maestro, el Dr. René Favaloro.