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Viernes 3 de Octubre de 2014

Se evocó la fundación del CRU, un espacio que cobijó a cientos de estudiantes de otras localidades

    Hace 30 años nacía el Centro de Residentes Universitarios (CRU), un espacio ideado para brindar contención, diagnosticar necesidades y encontrar soluciones a cientos de estudiantes universitarios provenientes de otras localidades, en su afán de insertarse y adaptarse a la vida, lejos de sus hogares.
 
El Honorable Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredon reconoció hoy la trayectoria del Centro de Residentes Universitarios (CRU) al cumplirse 30 años de su creación.
Estuvieron presentes los concejales Pablo Vladimir Retamoza, autor de la iniciativa, y Marcos Gutiérrez (FpV), Lucas Fiorini (FR) y Cristina Coria (UCR), así como los principales referentes del CRU –Jorge Sacha Barragán, presidente; Gina Bongiorno, vicepresidente; y Valeria Morgavi, secretaria-, además de decenas de estudiantes.
Como es habitual en estos actos, en primer término fue proyectado el video institucional “Historias de Abuelas. La identidad no se impone”, realizado por personal del Teatro Auditorium-Centro Provincial de las Artes. Luego, Retamoza dio la bienvenida a los presentes: “Fue una inmensa alegría trasladarles y manifestarles la emoción del resto de los concejales, que apoyaron este proyecto de reconocimiento de manera consensuada. Cuando se plantea este acto, se destaca a una institución que ha dado ayuda a muchos de ustedes, que ha dado cobijo, compañía y fortaleza a muchos jóvenes que eligieron Mar del Plata como ciudad de estudio, de capacitación. El CRU acompañó en una etapa de inserción de adaptación y se transformó en la familia de cientos de estudiantes, de varias generaciones, a lo largo de 30 años. Y la ciudad albergó después a muchos, que se quedaron para aportar su conocimiento, su estudio y trabajo”.
Luego, la socia fundadora Nelly Barabino señaló: “Estoy sumamente emocionada. Y por eso digo gracias al grupo de amigos que tuvo la idea de hacer el CRU, a los más jóvenes por haberlo mantenido y llevarlo adelante a pesar de los vaivenes institucionales del país; gracias al Concejo por el reconocimiento y a las personas que van a seguir manteniéndolo”.
A continuación, el Dr. César Sivo acotó: “Es difícil expresar en palabras 30 años después lo que hicimos 30 años atrás. Fuimos 140 estudiantes de afuera de una Universidad sin tanto recorrido, que tratamos de mostrar nuestras problemáticas y visibilizarnos. Fue un pequeño exilio, aunque sea voluntario y destinado a algo tan importante como un estudio universitario. Y ese desarraigo no es fácil. Por eso nos juntamos entre nosotros. Este reconocimiento implica que la ciudad, definitivamente, ha aceptado a los estudiantes de afuera. En ese entonces, por caso, en una ciudad llena de departamentos vacíos no había alquileres para estudiantes. Ahora sí.  La esencia del CRU es la solidaridad, ser solidario, crecer juntos y acompañar al otro”.
Después de recibir la distinción, Bongiorno agradeció y señaló: “Gracias a todos los que desde 1984 hasta ahora pasaron por el CRU y pusieron su granito de arena y al Concejo Deliberante por el gesto. El mensaje de unión y solidaridad que siempre nos preocupamos por difundir llega, nos lo demuestran ciertos detalles y actitudes. Somos una segunda familia para miles de estudiantes. Y ojalá muchas generaciones sigan por este mismo camino, con dedicación y compromiso”.
Finalmente, Sacha Barragán consignó: “Hemos visto pasar muchos jóvenes por el CRU, algunos que no pudieron terminar sus estudios por diferentes motivos. Pero los momentos más emotivos son los vinculados a la etapa en que los chicos se reciben, es muy lindo que eso nos siga pasando”.
 
Argumentos del reconocimiento
 
El Centro de Residentes Universitarios es una Asociación Civil sin fines de lucro fundada el 20 de junio de 1984 y reconocida por la Dirección Provincial de Personas Jurídicas bajo el nº 16.323, cuya creación obedeció al firme propósito de brindar servicios y prestar asistencia a todos los estudiantes de nivel universitario o terciario residentes en Mar del Plata, es decir aquellos cuyo núcleo familiar no se encuentra radicado en esta ciudad. La integración de los estudiantes, la satisfacción de sus necesidades y la solidaridad mutua conforman los objetivos de la asociación.
Promover la formación de profesionales comprometidos con la sociedad y con la comunidad que habitan es uno de los objetivos de su existencia.
Actualmente el CRU cuenta con una sede social a total disposición de los socios, donde se brindan distintos servicios como: fotocopiadora, biblioteca con más de 3000 títulos en diferentes disciplinas, seis computadoras con acceso a Internet y diferentes programas para realizar trabajos, lavadero automático, sala de juegos (mete-gol, ping-pong, juegos de mesa, etc.), sala de estudio, entre otras cosas.
A lo largo de estos años se han otorgado diferentes tipos de becas ya sea de ayuda económica, de fotocopias, de alimentos y/o de cobertura médica. Todo esto era posible gracias al ingreso proveniente del local bailable que poseía la institución, con el fin de ser el motor económico de la misma. En dicho local se realizaban diversas actividades culturales como exposiciones de arte y diseño destinadas al público en general y a los artistas locales, como así también, encuentros de bandas integradas por estudiantes universitarios.
En el marco de las actividades sociales que realizan los socios, concurren semanalmente a comedores barriales a brindar apoyo escolar a los chicos. También, han asistido a geriátricos para compartir momentos de recreación con los adultos mayores y se trabaja anualmente en conjunto con la Facultad de Ciencias de la Salud para la realización de actividades con jóvenes de capacidades especiales.
Además, colaboran con la Secretaría Académica de la Universidad Nacional de Mar del Plata concurriendo a diferentes ciudades para promocionar Mar del Plata como destino universitario, dando su visión de lo que es ser estudiante.
A raíz de su paso por el CRU, varios estudiantes universitarios que son de otras ciudades, se han quedado a residir en Mar del Plata, fomentando su vínculo con la ciudad y manteniendo el contacto y el trabajo con el Centro de Residentes Universitarios, institución que los albergó.