La Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon llevó a cabo hoy, lunes 21 de Diciembre de 2015, en el recinto de sesiones un acto en conmemoración por el 30º aniversario del Histórico Juicio a las Juntas Militares, al que asistió –especialmente invitado- el diputado nacional Ricardo Alfonsín, hijo del presidente Raúl Ricardo Alfonsín, durante cuyo gobierno aconteció este momento bisagra para la historia de la por entonces incipiente democracia argentina.
El acto fue presidido por el Presidente del Honorable Concejo Deliberante, Guillermo Sáenz Saralegui (AA) y contó con las presencias de los también concejales Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio (UNA), Cristina Coria, Luis Rech, Gonzalo Quevedo y Mario Rodríguez (UCR) y Daniel Rodríguez (FpV). También estuvieron el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, en representación del intendente Carlos Fernando Arroyo; la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola, la directora de Derechos Humanos, Sonia Rawicki y los defensores del Pueblo Fernando Cuesta y Fernando Rizzi, e invitados especiales.
“Se trató de un proceso con escasos antecedentes en el mundo, por no decir prácticamente único en la historia, producto de la decisión histórica del primer Gobierno democrático presidido por el Dr. Raúl Alfonsín”, expresaron los organizadores de esta convocatoria.
En primer término fue proyectado el video institucional “Historias de Abuelas. La identidad no se impone”, realizado por personal del Teatro Auditórium-Centro Provincial de las Artes. Luego, también fue proyectado otro video, creado y compaginado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que resume el homenaje por el 30º aniversario de un acontecimiento único (ver link al final de la página).
Luego, en el momento de los discursos, el Presidente del HCD, Guillermo Sáenz Saralegui, dio la bienvenida: “Buenos días. Ésta es la casa del pueblo. Para llegar a los 30 años, se vivió un momento bisagra, que fue el Juicio a las Juntas. Hubo coraje en la decisión del Presidente Raúl Alfonsín, algo muy difícil se pudo llevar a cabo. Quizás el momento más importante en la historia democrática argentina”.
A continuación, Rizzi comentó: “Es placentero que estos aniversarios no pasen desapercibidos. Desde la Defensoría del Pueblo se ha emitido una resolución acompañando la fecha de la sentencia en el Juicio a las Juntas, que ocurrió el 9 de diciembre de 1985. Este encuentro tiene que ver con la reivindicación de la memoria, la verdad y la justicia. Es la construcción comunitaria de la memoria, que se hace día a día”.
Después, Mario Rodríguez acotó: “Lo primero que hizo Alfonsín, en los cinco días iniciales, fue crear la CONADEP. Y dio por tierra con la Ley de autoamnistía, derogándola. En pocos momentos hubo tanto coraje como en ésos instantes. Forman parte de un momento de orgullo de la democracia argentina. Es central que no dejemos pasar esos momentos de la historia, como la frase: “Señores jueces, Nunca Más”. Hay que preservar lugares como este recinto de sesiones, que durante la dictadura fue depósito de muebles. Para que un pueblo progrese, necesita trabajar todos los días por la memoria, la verdad y la justicia. Muchas gracias Raúl Alfonsín por haber fomentado la garantía de los derechos humanos y la preservación de la democracia”.
Después, Cuesta remarcó: “Si algo nos permite el paso del tiempo es ser certero con los juicios. Ahora se valora esa medida, como una de las más profundas de la democracia. Para la Defensoría del Pueblo es importante este acto y la presencia de Ricardo Alfonsín. Es muy importante ese apellido. En el largo transitar del pueblo en la búsqueda y defensa de sus derechos se comprobó que los poderes reales gozan de gran impunidad. Por eso, cuando hablamos con los más jóvenes, uno explica cómo fue esa Argentina “anormal”, con golpes de Estado reiterados y gobiernos democráticos débiles. Sin embargo, la impunidad, como nunca, estuvo centrada en los bombardeos a Plaza de Mayo en junio de 1955; hecho que quedó impune. Precisamente, el Juicio a las Juntas es el corte a la impunidad. En esa democracia aún débil, Alfonsín pretendía que su gobierno no fuera un intervalo entre dictaduras. Y el Juicio fortaleció a la democracia. Fue un hito internacional. Por primera vez, un país juzgaba a sus asesinos con la justicia civil, con las garantías constitucionales del debido proceso. Sin ese acontecimiento hubiera sido muy difícil llegar a la política de derechos humanos que tenemos hoy. Y fue por decisión del entonces Presidente Raúl Alfonsín”.
Finalmente, el hijo del ex Presidente, el diputado nacional Ricardo Alfonsín, expresó: “Muchísimas gracias por invitarme a estar presente en esta recordación, que es necesario realizarla cada año, que no tiene ánimo revanchista, sino para que las generaciones futuras sepan qué nos pasó a los argentinos, de qué somos capaces y para que no se repitan acontecimientos como los ocurridos en la dictadura. En 1983 decíamos que el principal objetivo era consolidar la democracia y terminar con las interrupciones institucionales en el país. Era el principal desafío, al que debían subordinarse el resto de los objetivos. Era muy difícil. Se había intentado con anterioridad, en otras inauguraciones de períodos democráticos, pero lamentablemente no se había logrado el objetivo. No debíamos fallar. El pueblo y todas las fuerzas políticas no querían fallar, a pesar que las circunstancias económicas, sociales, políticas y nacionales eran más complejas que en otros momentos de transiciones democráticas. Y lo mismo respecto a las condiciones internacionales: estábamos aislados, desacreditados. A pesar de todo, fuimos capaces de hacerlo, todas las fuerzas políticas y el conjunto de la ciudadanía, a pesar de las amenazas e inconvenientes. Se puso fin a las interrupciones institucionales. El Juicio fue fundamental, en ese sentido. Pero comenzó en 1983, ni bien se asumió el Gobierno, derogando las principales leyes de autoamnistía, mediante las cuales los militares se autoperdonaban los delitos cometidos. El pueblo argentino acompañó; sino, hubiera sido imposible. No se podía consolidar la democracia, se deslegitimaría desde sus inicios, si se actuaba como si en Argentina no hubiera ocurrido nada. La primera forma de injusticia es el olvido; la primera forma de justicia es la memoria. Pero era muy difícil. Porque era una cuestión de relaciones de fuerzas. El Partido Democrático tenía que ver qué poder tenía respecto al Partido Militar para llevar a cabo el juicio a los responsables. No había que incurrir en voluntarismos, había que cuidar a la democracia, que era cuidar a los derechos humanos. Era difícil porque los que nos habían gobernado hasta hacía 24 horas, los que nos habían torturado y asesinado y hecho desaparecer, los dueños de nuestras propias vidas, estaban todavía en los cuarteles, con su poder militar intacto. Y no sabíamos cómo reaccionarían las fuerzas que habían sido cómplices y los gobiernos que habían acompañado esa postura. Se apostó a la fuerza del acompañamiento ciudadano y entonces someter a los principales responsables de la dictadura al juicio de los tribunales de la República, respetando todos los derechos que no habían sido respetados durante la dictadura. El Juicio fue el momento que más puso en riesgo la democracia, pero paradójicamente fue el que más hizo para consolidarla. Lo verdaderamente importante es que nos permitió conocer la verdad sobre qué habíamos sido capaces de producir como sociedad. Fue un verdadero anticuerpo contra futuras experiencias autoritarias. Y nos demostró que nada hay más perverso, más cruel o corrupto que las dictaduras. Y que hasta la peor de las democracias es una garantía contra cualquiera de las cosas que nos ocurrieron durante la dictadura militar. Y fue un ejemplo para el mundo. Tan difícil era que nunca se había hecho algo semejante en el mundo. Nosotros, que nos autoflagelamos como sociedad, tuvimos en el Juicio un motivo para enorgullecernos. Fue ese Juicio el que provocó un cambio cultural en Argentina, el que generó en la sociedad la convicción de que nada hay más perverso que una dictadura. Fue ese Juicio el que permitió consolidar la democracia y avanzar en la consolidación de los derechos humanos”.
Resolución de la Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon
Que hace poco más de 30 años se iniciaba el histórico juicio a las Juntas militares que usurparon el poder el 24 de marzo de 1976, y:
Que el 22 de abril de 1985, en el marco de la por entonces incipiente democracia argentina, la Cámara Federal inició el histórico juicio a los jefes de la última dictadura militar, acusados de perpetrar violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Roberto Viola, Armando Lambruschini, Raúl Agosti, Omar Domingo Rubens Graffigna, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo.
Que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal estaba integrada por los jueces León Carlos Arslanián, Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, Andrés D’Alessio, Jorge Valerga Aráoz y Guillermo Ledesma inició el histórico juicio a los jefes de la última dictadura militar,
Que fue en la Sala de Audiencias de la Cámara Federal, presidida por un enorme vitreaux con la inscripción "afianzar la justicia", donde se inició el proceso con escasos antecedentes en el mundo, por no decir prácticamente único en la historia, producto de la decisión histórica del primer Gobierno democrático liderado por el Dr. Raúl Alfonsin.
Que el juicio se instruyó sobre los datos relevados por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), creada por el entonces presidente Alfonsín el 15 de diciembre de 1983, cinco días después de asumir, y cuyo informe histórico fue entregado el 20 de septiembre del año siguiente.
Que la investigación de la Conadep constató en 1984-85 la desaparición de "cerca de nueve mil" personas, precisó entonces su presidente, Ernesto Sábato, en el prólogo del libro que divulgó el informe final bajo el título de "Nunca Más".
Que tras 17 semanas de audiencias orales donde prestaron declaración testimonial acusados y testigos, Jorge Videla y Emilio Massera fueron condenados a reclusión perpetua; Roberto Viola a 17 años de prisión y Armando Lambruschini y Orlando Agosti a 8 y 4 años, respectivamente, además de ser todos destituidos de sus cargos. Es decir los tres integrantes de la primera de las juntas y dos de la segunda.
Que además de recibir e investigar las denuncias de secuestros y otros crímenes de la dictadura, la Conadep aportó un modo de ordenar la acusación y las responsabilidades de la represión terrorista de Estado por centro clandestino de detención.
Que este criterio de agrupamiento fue asumido por la Cámara Federal que juzgó a las Juntas y también por la Fiscalía, integrada por Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, que concluyó su alegato final con la exhortación de la resonante frase "Nunca más".
Que años más tarde, en diciembre de 1990, los represores que fueron condenados en este juicio se vieron beneficiados por los indultos que dictó el ex presidente Carlos Menem y quedaron en libertad.
Que sin embargo, la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y la decisión de la Corte Suprema de Justicia de declararlas inconstitucionales los volvió a sentar en el banquillo de los acusados.
Que durante el trascendente juicio, se escucharon numerosos testimonios y se consideraron las presentaciones de los gobiernos de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza sobre ciudadanos de esas naciones desaparecidos en la Argentina.
Que las sentencias fueron dictadas por la Cámara Federal el 9 de diciembre de 1985 tras 900 horas de audiencias entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985, un tiempo récord que exigió una tarea extraordinaria y un verdadero patriotismo de parte de todos los que participaron, desde los empleados judiciales hasta los propios camaristas y fiscales.
Que en la sala de audiencias se tomó declaración a más de 800 personas en una sucesión de testimonios que exhibieron ante la opinión pública contornos escalofriantes de una de las etapas más oscuras en la vida del país.
Que los 30 años transcurridos, ameritan que se tome el Juicio a las Juntas como un emblema de la recuperación democrática y como un ejemplo de nuestro país hacia el mundo como compromiso con la vida, la justicia y la libertad.
Por ello, la Defensoría del Pueblo de la Municipalidad de General Pueyrredon
Resuelve:
Artículo 1º.- Expresar su adhesión al cumplirse durante este año 2015 los 30 años del histórico Juicio a las ex Juntas Militares que gobernaron el país desde 1976, cuya sentencia fue dictada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal el 9 de diciembre de 1985.
Artículo 2º.- Realizar tareas de difusión y concientización sobre la importancia del hecho para el fortalecimiento de nuestro sistema institucional y realizar un acto público al efecto recordatorio de concientización.
Reseña histórica
Hace poco más de 30 años se iniciaba el histórico juicio a las Juntas militares que usurparon el poder el 24 de marzo de 1976. El 22 de abril de 1985, en el marco de la por entonces incipiente democracia argentina, la Cámara Federal inició el histórico juicio a los jefes de la última dictadura militar, acusados de perpetrar violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad: Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Roberto Viola, Armando Lambruschini, Raúl Agosti, Omar Domingo Rubens Graffigna, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal estaba integrada por los jueces León Carlos Arslanián, Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, Andrés D’Alessio, Jorge Valerga Aráoz y Guillermo Ledesma inició el histórico juicio a los jefes de la última dictadura militar.
El juicio se instruyó sobre los datos relevados por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), creada por el entonces presidente Alfonsín el 15 de diciembre de 1983, cinco días después de asumir, y cuyo informe histórico fue entregado el 20 de septiembre del año siguiente por quien la presidió, Ernesto Sábato.
Tras 17 semanas de audiencias orales donde prestaron declaración testimonial acusados y testigos, Jorge Videla y Emilio Massera fueron condenados a reclusión perpetua; Roberto Viola a 17 años de prisión y Armando Lambruschini y Orlando Agosti a 8 y 4 años, respectivamente, además de ser todos desti tuidos de sus cargos. Es decir los tres integrantes de la primera de las juntas y dos de la segunda.
La Fiscalía, integrada por Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, concluyó su alegato final con la exhortación de la resonante frase "Nunca más".
Las sentencias fueron dictadas por la Cámara Federal el 9 de diciembre de 1985 tras 900 horas de audiencias entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985, un tiempo récord que exigió una tarea extraordinaria y un verdadero patriotismo de parte de todos los que participaron, desde los empleados judiciales hasta los propios camaristas y fiscales.
https://www.youtube.com/watch?v=hFsPQYdeiow