El Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon conmemoró hoy, 17 de mayo de 2016, el “Día Municipal de Lucha contra la Discriminación por orientación sexual y por identidad de género”. Se trató de la primera convocatoria, desarrollada en el recinto de sesiones, a instancias de la concejal Marina Santoro (FpV), autora del proyecto.
Se trata de una iniciativa presentada a través del expediente 1338/16, aprobada en la 3° Sesión Pública Ordinaria del corriente año, a través de la Ordenanza N° 17.024.
Estuvieron presentes la concejal Marina Santoro; la directora general de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, Sonia Rawicki –en representación del intendente Carlos Fernando Arroyo-; el titular de AMADI, Javier Moreno, e invitados especiales.
La Dirección General para la Promoción de los Derechos Humanos, a través de la Mesa de Trabajo sobre Diversidad de Género es el organismo encargado de las actividades sociales y culturales que difundan esta conmemoración, que se llevará a cabo anualmente todos los 17 de mayo.
En primer término, Santoro consignó: “Estamos sumamente agradecidos de que hayan venido a acompañarnos al recinto en este día tan especial por la diversidad, pero sobre todo para todos los batanenses y marplatenses. Este proyecto fue aprobado por unanimidad de todos los bloques. El consenso y el diálogo se han dado la mano para defender la diversidad. Muchas personas de carne y hueso han ayudado a parir esta normativa, este pequeño granito de arena para construir una Mar del Plata de iguales, más plural. Como titular de la comisión de Derechos Humanos les digo que siempre van a encontrar un espacio para canalizar estas propuestas. Esta ordenanza fue una construcción verdaderamente colectiva. Se está sentando un precedente a futuro, como metodología de trabajo, dejando las puertas abiertas a la comunidad y a todas sus organizaciones, para pensar juntos las ordenanzas. Es una experiencia sumamente positiva y rica. Acá está la verdadera legitimidad política”.
Luego, Rawicki acotó: “Quiero hacer pública una experiencia que tuve acompañando a Javier (Moreno) y Daniela (Castro) en un taller, donde los chicos aprendieron un montón y no dejaron de preguntar. No querían que se fueran los oradores. Incluso la inspectora escolar aprendió. Esta ordenanza es un granito de arena más, una contribución sobre todo de AMADI, que es el principal protagonista. Los felicito. Y acá tienen una aliada para lo que necesiten”.
Y finalmente, Moreno señaló: “Estamos expresando nuestra alegría por lo que representa tener este día para conmemorar, fecha en que se quitó la palabra “homosexualidad” del contexto ´medicalizante´. Se la desvinculó de patologías o enfermedades como delirios o epilepsias. Hubo iniciativas varias, se celebró el Día del Orgullo. Hace años hay una normativa provincial y se está discutiendo ahora un proyecto a nivel nacional. Esto no vino del cielo. Se dio en el contexto de una lucha. Celebro la ocasión de esta juntos acá, en este día. Y que se haya aprobado por unanimidad. Es para señalar, para remarcar. Debemos seguir generando acciones para remarcar que la homosexualidad no es una enfermedad”.
Argumentos de la jornada
El 17 de mayo de 1990 es el día en que la Asamblea general de la OMS (Organización Mundial de la Salud) eliminó de la lista de enfermedades mentales a la homosexualidad.
El presente proyecto es iniciativa de la Asociación Marplatense de Derechos por la Igualdad (AMADI), una asociación sin fines de lucro nacida en Mar del Plata “con la idea de generar espacios de diversidad y, de esta forma, integrar a todas aquellas personas que están convencidas de la igualdad de derechos en todos los ámbitos de nuestra vida”.
Desde entonces y hasta hoy esta organización ha participado e impulsado en la ciudad cada una de las luchas y banderas que el colectivo de la diversidad ha levantado en nombre de la igualdad de tratos y oportunidades.
AMADI está integrada por un grupo de personas unidas para hacer cosas por los derechos igualitarios para gays, lesbianas, travestis, transexuales, bisexuales y transgéneros.
Asimismo, el Honorable Concejo Deliberante ha dado tratamiento y aprobación a la Ordenanza Nº 19.130 que declara al distrito como “Ciudad amigable” con respecto a la diversidad de género.
Asimismo, se ha declarado “de interés cultural” en 2006 al Día de la Dignidad Gay, evento artístico y cultural que se viene realizando anualmente desde ese momento en el Teatro Auditorium.
También se ha conformado la “Mesa de Diversidad” coordinada por la Dirección de Derechos Humanos del municipio, desde la cual se han realizado actividades y proyectos de ordenanza de inclusión laboral para las personas trans.
Por otra parte, el 17 de Mayo ha sido tomado por las organizaciones y activistas LGBT de alrededor de 50 países de todo el mundo y es patrocinado el Día Internacional contra la Homofobia por la Internacional Lesbian and Gay Association (ILGA).
La implementación de este día se funda en el símbolo que desde la OMS se lanza en 1990 sacando a la homosexualidad del listado de enfermedades mentales; permitiendo a quienes lo promueven solicitar que sea condenada la homofobia en su dimensión política, social y cultural por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En ese sentido, el 2 de mayo del 2007 el Concejo Municipal de la ciudad de Curitiba, Estado de Paraná, Brasil, ha instituido el 17 de mayo como Día Municipal contra la Homofobia, en el cual se prevé realizar actividades conmemorativas de distinta índole.
En Rosario se ha aprobado Ordenanza 8166 en el año 2007, siendo vanguardia en legislación a favor del colectivo LGBT en la República Argentina.
Además, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se sancionó la Ley N° 2687/08 del mismo tenor.
En la Provincia de Buenos Aires se aprobó la Ley N° 14522/13, instaurando el Día de la Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género.
“La discriminación fundada en la orientación sexual y la identidad de género compromete la igualdad de derechos y de oportunidades y la dignidad de miles de ciudadanos y ciudadanas que son excluidos, relegados y hasta violentados sólo por ejercer su derecho a la libre determinación sexual”, se afirmó durante la aprobación de dicha normativa.
A lo largo de la historia la homofobia parece presentarse en olas, como analiza Luis Georges Tin: "Desde los primeros tiempos de la revolución comunista, la homosexualidad fue relativamente ´tolerada´. En su primera edición, de 1930, la enciclopedia soviética afirmaba claramente que la homosexualidad no era ni un crimen ni una enfermedad. Las penurias del régimen y el ascenso de Stalin al poder contribuyeron a endurecer las condiciones de vida; la homosexualidad fue de nuevo penalizada en 1933 y pronto se volvió crimen contra el Estado, signo de decadencia burguesa y, más aún, una perversión fascista”. Y, como señala Daniel Borri, "por una triste ironía de la historia, la Alemania nazi instrumentaba en la misma época un plan de persecución y exterminio de homosexuales en el cual los asimilaban con los comunistas".
Estos ejemplos muestran claramente que la homofobia latente, e inherente al heterosexismo, puede ser bruscamente reactivada por una crisis grave que justifique la búsqueda de un chivo expiatorio. Habiéndosele atribuido todos los males, la homosexualidad puede entonces volverse razón suficiente para purgas que se juzgan necesarias.
Asimilada así a la herejía búlgara durante la Edad Media, la sodomía fue utilizada como instrumento de inculpación en la lucha contra las "desviaciones" religiosas, contra los Templarios, por ejemplo.
Con una lógica parecida, durante las guerras de religión, la homosexualidad se volvió vicio católico según los hugonotes y vicio hugonote para los católicos; en la misma época se le asoció a las costumbres italianas, en la medida en que la Corte de Francia parecía invadida por la cultura italiana; luego fue el turno de las costumbres inglesas, cuando el imperio británico alcanzaba su apogeo; o a las costumbres alemanas, en el momento más crucial de la rivalidad franco-alemana; o al cosmopolitismo judío o al espíritu comunitario estadounidense de hoy. Vicio burgués para los proletarios del siglo XIX, también fue para el burgués de entonces algo propio de las clases trabajadoras, siempre inmorales, o de la aristocracia, necesariamente decadente. Todavía hoy, en Medio Oriente, India o Japón, se le percibe como una práctica occidental; en África negra, por supuesto, se trata de un asunto de blancos".
Si bien la discriminación por orientación sexual e identidad de género en nuestro días parece superada, y vemos personas LGBT ocupando espacios en medios masivos de comunicación con cierto grado de aceptación, la homofobia es un mal social presente en las familias, la escuela, el ejército, en el mundo del trabajo, en el ámbito deportivo, en política, en cárceles, etc. donde muchas personas deben padecer aún violencias y negaciones; obligando a muchos a la vergüenza, la soledad, el silenciamiento y la desesperación de estar fuera de lo que se puede nombrar y hasta fuera de la ley.
La lucha contra la discriminación fundada en la orientación sexual y la identidad de género implica necesariamente incluir en la educación sexual a las escuelas y la visibilización de las diversas sexualidades y las nuevas formas familiares y por sobre todo el respeto por las diferentes formas personales de identificación sexual. Contenidos que se han incluido en los manuales de Educación sexual de la Ley Nacional de Educación sexual integral.
En la lucha contra la discriminación fundada en la orientación sexual y la identidad de género el Estado debe comprometerse en la reglamentación de políticas públicas destinadas a los y las ciudadanas LGBT. Pero también debe involucrarse a las organizaciones de la sociedad civil y fundamentalmente a las que defienden y promueven los Derechos Humanos.
En el mismo sentido los medios de comunicación deben asumir una labor pedagógica hacia la sociedad evitando la reproducción de estereotipos de identidad de género dados únicamente en lo genital y en el modelo patriarcal de relaciones que aún es hegemónico.
En Canadá se declaró el Día Nacional Contra la Homofobia en 2003 en Quebec. Entonces, Louis-Georges Tin -universitario francés y activista por los derechos civiles de la población negra y LGBT, editor jefe del “Diccionario de la Homofobia”- lanzó en agosto de 2004 una iniciativa por la creación de un Día Internacional contra la Homofobia. También lanzó un llamamiento “Por el reconocimiento universal del Día Internacional contra la Homofobia” (IDAHO) y propuso que este día fuera fijado el 17 de mayo. "La lucha contra la homofobia -cuyas causas parecen tan profundas y sus instrumentos tan eficaces- resulta una empresa muy difícil. En la medida en que las leyes que condenan o discriminan a la homosexualidad son más el efecto que la causa de la homofobia dominante, el simple hecho de abolirlas parece una medida necesaria aunque insuficiente. Habría que ir más lejos para crear las condiciones de una verdadera revolución de las mentalidades. El trabajo necesario requiere tiempo, energía y también lucidez", afirmó este intelectual.
Hay que tener en cuenta al 17 de mayo de 2005 como resultado del esfuerzo de un año de campaña: 24.000 personas de todo el mundo y reputadas organizaciones internacionales como ILGA, IGLHRC, el Congreso Mundial de Judíos LGBT y la Coalición de Lesbianas Africanas, entre varias otras, firmaron el “Llamamiento IDAHO”. Esta campaña recibió apoyo de varios Premios Nobel (Desmond Tutu, Amartya Sen, Elfriede Jelinek, Dario Fo, José Saramago), artistas e intelectuales (Noam Chomsky, Judith Butler, Bernard-Henri Lévy).
En la República Argentina, el 7 de marzo de 2010, Natalia “Pepa” Gaitán fue asesinada a escopetazos por el padrastro de su novia en Parque Liceo, Ciudad de Córdoba. Pepa Gaitán fue asesinada “por lesbiana”, por lo cual se enarboló la fecha como el Día de la Visibilidad Lésbica, buscando hacer visible que la lesbofobia en Argentina no ha cesado en ningún momento y dependiendo del contexto se expresa en burlas, desprecio, expulsión del hogar, segregación y asesinato.
En marzo del 2012 fue violentamente torturado durante varias horas hasta la muerte, el joven Daniel Zamudio, en Santiago de Chile. El hecho fue perpetrado por un grupo de adolescentes con un discurso neonazi, que contactaron a Zamudio en un lugar de esparcimiento nocturno y lo sometieron a este trato en el Parque San Borja.
En Mar del Plata, en las zonas donde las personas trans ejercen el trabajo sexual como la única posibilidad de subsistencia que le permite la sociedad heteronormativa, hay constantemente situaciones de violencia hacia ellas, apaleadas, lastimadas con botellas, atadas a un poste y golpeadas.
Durante el 2014 las organizaciones LGBT se movilizaron por estos hechos ya que se encontró muerta a una persona de esta comunidad.
Este sistema heteronormativo tiene efectos de autodiscriminación profunda en las personas trans, que por evitar ciertas situaciones –como ser examinadas por instituciones estatales como la Policía o el Hospital- no concurren a hacer las denuncias de la cantidad de hechos de los que son objeto.
Asimismo llegan a situaciones de hospitalización cuando el padecimiento muchas veces tiene que ver con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y es demasiado tarde para ser tratadas acorde a la necesidad.
Durante 2013, 2014 y 2015 algunas de estas agresiones fueron perpetradas por jóvenes con una estética y discurso neonazi, que también atacan a integrantes de otras comunidades como personas con rastas en el cabello, adolescentes aficionados al punk que han tenido heridas en sus manos con la forma de la esvástica, personas de origen boliviano, etc.
Las palabras “homofobia” y “lesbofobia” no constituyen el sentido que se pretende darle a esta ordenanza, ya que al contener el sufijo “fobia” expresan la posibilidad de que dicha vivencia pueda ser considerada una enfermedad al ser asimilable a configuraciones psiquiátricas que sí tienen ese carácter, como “claustrofobia”, “agorafobia”, “aracnofobia”.
El término correcto sería “discriminación por orientación sexual y por identidad de género”, ya que no existe la “homofobia” como tal, no siendo realmente una “fobia” sino un profundo sentimiento de odio que ocasionalmente implica cometer acciones de segregación, de señalamiento con hostilidad, de bullying, de violencia verbal y física, hacia las personas que viven su sexualidad fuera del paradigma social heterocentrista y del binarismo de género. “La homofobia, en todo caso, no es una sensación de miedo o temor, sino de desprecio y odio hacia las personas integrantes del colectivo LGBT”, afirmaron los organizadores de esta jornada.