El Honorable Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredon expresó hoy, martes 30 de Octubre, su reconocimiento a Ema Cibotti “por su trayectoria académica especializada en Historia Social Argentina del período de la gran inmigración de 1870-1930 y su compromiso social, por su permanente lucha contra la violencia vial”.
La distinción, iniciativa del concejal Mario Rodríguez (UCR), se llevó a cabo hoy al mediodía en el marco de una charla-debate brindada por Cibotti sobre el tema “Seguridad vial y tolerancia cero”.
Estuvieron presentes los concejales Vilma Baragiola (UCR), Marcelo Carrara (AA) y Marcelo Fernández (AM), además de director de Transporte y Tránsito, Claudio Cambareri, entre otros invitados especiales que incluye a familiares de víctimas de delitos de tránsito.
En primer término, Rodríguez dio la bienvenida a los presentes: “Es un honor tener la posibilidad de recibir hoy a Ema Cibotti, con gran trayectoria como docente, historiadora y disertante de temas tan sensibles como el de la siniestralidad, la tolerancia cero y la seguridad vial. Estamos en una ciudad donde se ha implementado un proyecto que la convierte en caso testigo y vidriera, por lo que se va a poder observar y analizar en la próxima temporada de verano. Hay que romper la perversa relación entre alcohol, drogas y siniestros”.
Después de recibir la distinción, Cibotti agradeció el reconocimiento destacando: “Gracias a Mario Rodríguez y a todo el Concejo Deliberante por este reconocimiento. Los grandes cambios requieren que la toma de decisiones sea colectiva. Y Mar del Plata va a ser observada por todos por una iniciativa que apunta a reducir la tasa de heridos y fallecidos por el tránsito. Es una transversal, que nos toca a todos. Y se puede implementar. Siempre hay un margen mínimo en la tolerancia cero. Transeúntes somos todos, peatones no. Hay que pensar el tema en forma global y pienso que la del conductor designado es una medida atinada, que puede funcionar. Muchos cambios han ocurrido y se han naturalizado: por ejemplo, el uso del cinturón de seguridad, que también salva vidas. Todos somos tránsito y si el tránsito anda mal es que todos somos responsables. La de la tolerancia cero es una norma que avanza lentamente en el país. El que maneja no toma. Y punto. El que toma, no maneja. Y punto. Porque con 0,4 por ciento de alcohol ya hace perder el 17 por ciento de reflejos. Es mucho. En este caso, la nocturnidad de Mar del Plata se tiene que acoplar y sostener este esfuerzo. Es un dispositivo preventivo y podemos hacerlo”.
Argumentos del reconocimiento
El presente reconocimiento tiene por objeto destacar la trayectoria de la historiadora y activista social Ema Cibotti.
Ema Cibotti (Buenos Aires, 1956) es profesora de Historia por la Universidad del Salvador y máster en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Se ha especializado en Historia Social Argentina del período de la gran inmigración 1870-1930.
Dirige la carrera de Historia del Tango del Centro Educativo del Tango de la ciudad de Buenos Aires, (CETBA) ex Universidad del Tango. Se dedica a la divulgación histórica y a la formación docente y dicta seminarios en diferentes unidades académicas del país.
Es autora de numerosos artículos académicos y de divulgación, así como de textos para la educación básica y de especialización para la formación docente. Ha publicado “Sin espejismos”; “Versiones, rumores y controversias de la historia argentina” (2004); “Queridos Enemigos”; “De Beresford a Maradona, la verdadera historia de las relaciones entre ingleses y argentinos” (2006), donde se advierte que la enemistad de la Argentina con Inglaterra es algo reciente. También cuestiona el papel del “nuevo revisionismo” mediático, al que adjudica una mirada “fatalista y paralizadora” de la historia; “Historias mínimas de nuestra historia” (2001) y “Luto en la Guardia Nueva. Cuando Buenos Aires lloró a Gardel” (2016).
Ema Cibotti tiene una carrera profesional cargada de pergaminos: es una reconocida historiadora, con un máster en Ciencias Sociales y en 2010 recibió la Orden al Mérito por su tarea de divulgación histórica, una distinción que otorga la República Argentina. Pero la muerte de un hijo la colocó en una posición que jamás imaginó: se transformó en una persona que combate activamente lo que ella describe como “violencia vial”. El corte en su vida llegó el 14 de mayo de 2006.
Ese día, su hijo Manuel Lischinsky (estudiante, de 18 años) fue atropellado por un auto conducido a toda velocidad por Nicolás Piano (20 años). Manuel, junto a dos amigos, estaba parado en la plazoleta circular del Monumento de los Españoles, en el cruce de las avenidas Sarmiento y del Libertador. Volvían de bailar y tiraban monedas en la fuente al pie del monumento; buscaban suerte en un examen. De pronto, el Volkswagen que conducía Piano se subió a la vereda y los hizo volar por el aire. Manuel llegó a la guardia del Hospital Fernández agonizando. No pudieron salvarlo.
Tuvieron que pasar cinco años hasta que la Justicia sentenciara a Piano a tres años de prisión en suspenso y diez años de inhabilitación para conducir. “El primer informe policial decía que Piano estaba solo, cuando en el auto había siete personas; que no estaba alcoholizado, cuando en realidad se negó a hacerse el control de alcoholemia y el médico que lo atendió en la guardia dejó escrito que tenía fuerte aliento etílico. Cuando yo estaba sumida en el trauma más absoluto, mi marido salió a buscar la verdad. Después, él murió de un cáncer fulminante. Mucha gente me dijo: ‘Dejá ir a Manuel, olvidate’. Pero saber cómo había muerto marcaba la diferencia entre enloquecer y no enloquecer, aunque la realidad fuera dolorosa”, contó Ema.
Desde ACTIVVAS (Asociación Civil Trabajar Contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables www.activvas.org) promueve el debate en torno a este tipo de conductas y destaca la labor que se realiza en las guardias de los hospitales. “Tomar un vehículo no es un derecho inalienable de una persona, ni es un derecho personalísimo; no se trata de quitar derechos. En realidad es una posibilidad que se le da a una persona que cumple con los requisitos legales. Si cumplen, se les otorga un registro, si no se cumple, se le quita esa licencia”, opinó.
Preside desde 2010 ACTIVVAS y es miembro de Usina de Justicia, organización que lucha por el derecho de las víctimas del delito común, para poner freno a la violencia vial. También conduce el programa radial “S.O.S. Factor Humano”.
Como “Madre de una víctima vial”; se presenta Ema Cibotti cuando debe elegir entre sus diferentes identidades: la profesional, de historiadora o la de activista social, en pro de una sociedad que cuide a sus ciudadanos de la violencia y de los accidentes de tránsito evitables.
A lo largo de los años que lleva detrás de este tema descubrió que la problemática de la seguridad vial recorre un pensamiento transversal en toda la sociedad: “En cualquier ambiente (políticos, dirigentes, personalidades) y en todas las clases sociales, hay quienes se preocupan y quienes relativizan la cuestión. De la misma manera, hay quienes ejercen un nivel de violencia vial terrible y quienes, al protagonizar un accidente y matar a alguien, quedan profundamente tristes de por vida”.
En una entrevista reciente ha manifestado que: “mi obra no es filantropía, ni de caridad, ni es limosna, ni es solidaridad social, ni beneficencia. (…) Para mí, es estrictamente justicia (…) La limosna y la beneficencia son ostentación de riqueza y de poder para humillar a los humildes”.
Ahora Ema Cibotti trabaja intensamente para darle un nuevo impulso a un proyecto de ley para llevar la tolerancia cero de alcohol a las rutas nacionales. Detrás de su lucha por generar políticas de seguridad vial y conciencia en los conductores tiene el recuerdo de Manuel, que murió víctima de la inseguridad al volante.